Dirección participada: hacer participar al personal en la organización del trabajo, así como en las decisiones estratégicas.
En el periódico interno de una gran empresa se explican las nuevas reglas del juego. Es una cuestión de autocontrol, de independencia, de confianza, etc. Pero el documento termina con estas palabras: <> Se comprende bien la preocupación legitima que inspiro al redactor de esta frase. Se comprende también, ¡ay!, la incompatibilidad entre el objetivo general y el tono conminatorio del mensaje.
Cada vez que se quiere hacer dirección participada, se corre el riesgo de tropezar con la paradoja del "Sea espontaneo". En efecto, si se le pide al personal que participe, la participación ya no es verdaderamente libre y espontanea. Sin teorizar demasiado, algunos ejes de sutilidad permiten evitar los errores mas corrientes. Consisten en:
- Ser conscientes de la paradoja básica, no engañarse a si mismo y no engañar a los otros afirmando que la participación es perfectamente libre.
- Dejar que el personal haga suyo el modo de proceder participativo. Sera mejor plantear algunos problemas de funcionamiento que decretar, incluso imponer, la participación; reflexionar sobre el método de trabajo antes que dar inmediatamente las soluciones a los problemas que se plantean. Así se descubrirá el interés de la participación, que parecerá concedida mas bien que decretada;
- Respetar escrupulosamente las reglas del juego. No situarse nunca a la vez en el juego y fuera de el. La mayor dificultad es resistir la tentación de utilizar la concertación para hacer valer a todo trance el punto de vista propio. La participación es con gran frecuencia sesgada o lo parece. Michel Crozier observa (después de una auditoria) que, en algunas empresas con fama de gestión participativa, el personal tiene la sensación de que esta participación esta falseada. Solo cuenta una cosa, nos dicen, en materia de participación: que el personal haga suyo el modo de proceder. (Se trata casi de una tautología).
Un directivo de una empresa de la construcción refiere en sustancia lo siguiente:
Resultado: he debido olvidar precisar las reglas del juego. La dirección participada no es verdaderamente una tradición en la industria de la construcción. Algunos han confundido la libertad con el derecho a no hacer nada. Como yo soy libre, puedo ausentarme a mi antojo del taller. En resumen, lo contrario a la responsabilidad. Por que uno sea libre de ir a cualquier sitio en automóvil, no hay por que suprimir el código de circulación. Es incluso lo contrario. Se equivoca quien crea que todo el mundo esta motivado por el reto. Ciertas personas se desmotivan a la primera dificultad. No se deben adoptar actitudes uniformes cuando las personas tienen reacciones tan diferentes unas de otras. Tengo aquí un contramaestre que solo comprende la filípica (discurso encendido, condenatorio), debo tenerlo en cuenta. Es preciso dirigirse a los individuos en función de lo que son capaces de recibir. La dirección participada: no es un método, es un objetivo. Uno evoluciona progresivamente hacia una mayor participación desarrollando el sentido de las responsabilidades de su personal. Pero algunos se quedaran en el camino.>
Fuente:
- Bruno Jarrosson. La dirección estratégica y su filosofía. Ediciones Deusto 1994.
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